Para las parejas y nudistas más aventureros.
Si el topónimo de la playa anterior era del todo desacertado, a esta otra le viene como anillo al dedo. Saltar es lo que van a tener que hacer los mozos y las mozas que descubran este pequeño reducto mineral al pie del talud. ¡Dame la mano y te ayudo!
Verás cuando bajes y veas esas pizarras tan bien colocadas al pie de esta piscina natural... Si la grava te sabe a poco tienes la roca viva como solárium y como zona de buceo, así que ¡prepárate a disfrutar! En toda esta porción de costa las peñas sumergidas están llenas de vida submarina y lo suficientemente cercanas a la superficie para gozarlas con solo unas gafas y un tubo. La pesca –junto con la agricultura– fue, precisamente, uno de los motores económicos vitales durante los siglos pasados en esta zona del Cap de Creus. De hecho, la cala Pelosa fue uno de los caladeros más disputados entre los pescadores de Roses y Cadaqués que faenaban según la pesca nocturna a l’encesa, el arte de cerco que empleaba la luz de una hoguera para atraer a los peces. Por aquel tiempo, los de Cadaqués la reclamaban como suya afirmando que se encontraba dentro de sus dominios marítimo pesqueros. Como no había manera de alcanzar ningún acuerdo, el por aquel entonces Conde d’Ampuries tomó una decisión salomónica sin lógica geográfica alguna: otorgó la cala Pelosa –en aguas de Roses– a los pescadores de Cadaqués, y la de Jóncols –en aguas cadaquensencs– a los de Roses. Imagínate las caras de los pescadores cada vez que se cruzaban de camino a sus respectivos caladeros en aquellos tiempos en que solo se navegaba a fuerza de brazos...
Descripción: Esta playita situada al pie del talud apenas tiene sedimento emergido, y cuando lo hay son gravas y arenas gruesas, pero cuenta con soláriums de roca perfectos para una pareja. Perfectos para ti.
Accesos: O llegas caminando por las rocas de la orilla desde Calitjàs (50 m hacia la izquierda) o subes las escaleras entre los pinos y saltas a la playa.
Servicios: Lo más cerca en la Pelosa.