Tiene de todo y es la más masificada de la zona.
Cuando llegué por primera vez me horroricé, pues tenía recién gravada en la retina la imagen de la otra Mallorca, la que supo tomar prestado del turismo de masas tan solo lo necesario, mientras que en Magaluf la especulación destruyó todo lo que la costa tenía de bello y puro.
Quién se podría imaginar que donde ahora se levantan torres de cemento de una fealdad agobiante que es preferible no mirar hayan existido unas tierras tan empobrecidas. Eran cenagales donde habitaban mosquitos portadores de enfermedades, por lo que estaban consideradas como una de las regiones más inhóspitas y el hogar perfecto de los bandoleros y contrabandistas que escondían sus botines por aquellos ocultos rincones. En aquellos tiempos era muy habitual entre las familias que cuando se producía la repartición de bienes tras la muerte de los padres, el hermano mayor, el más afortunado, se quedara con la casa y las tierras del interior, mientras que el desdichado hermano pequeño debía quedarse con las tierras más empobrecidas, las cercanas a la costa. Paradojas de la vida, el paso del tiempo no tardaría en demostrar que el municipio más pobre llegaría a convertirse en el más rico (pero no solo de Mallorca, hay quien dice que de toda Europa).
Descripción: Tales proporciones (980 m de largo por 50 de anchura media) son debidas a los miles de camiones de arena vertidos en pro del turismo de masas. Son casi 50 km2 de superficie arenosa al pie de los mastodónticos edificios. Frente a la playa verás la Illa de Sa Porrassa, un pequeño islote situado a unos 600 m de la orilla junto al que se puede fondear.
Accesos: Viniendo de Palma por la autovía de poniente Ma-1 toma la salida 14 (Magaluf El Toro) y en la rotonda sigue hacia Palmanova. Cuando llegues a la siguiente rotonda toma la primera salida dirección Magaluf y sigue conduciendo hasta la siguiente rotonda. En esta sal por la segunda salida y teniendo el campo de futbol justo a la derecha gira a la izquierda por la primera. Entonces tendrás a tu derecha la Katmandu House (la única casa museo “patas arriba”). Gira a la derecha y sigue la Avinguda Pere Vaquer que llega hasta la playa. Aparca donde puedas.
Servicios: Todos los imaginables y más.
