
Lo mejor del Camí de Cavalls. Etapa 5.
| Esta etapa tiene el aliciente de pasar por uno de los cabos y faros más espectaculares de Menorca. Aunque no pasa estríctamente por el faro, sí que merece la pena abandonar el camino y acercarse a verlo. © El Playólogo/Maremecum
De Cala Tirant a Binimel·là
Esta etapa es relativamente sencilla porque se puede hacer en dos porciones. La primera mitad une Cala Tirant con el cabo de Cavallería y es la porción menos dura. La segunda es, quizás, la más bonita, pero también la que tiene más desnivel. Caminarás por terrenos inhóspitos de colinas desiertas y calas salvajes. Encontrarás rincones de belleza excepcional y gozarás de dos de las mejores playas de la isla.
| Esta quinta etapa del Camí de Cavalls pasa por la playa de cala Tirant, que luce uno de los mejores campos de dunas de Menorca, que avanzan casi un kilómetro tierra adentro. Es una playa poco visitada y poco urbanizada, al menos la orilla de poniente, que destaca también por el torrente que vierte en ella sus aguas. © El Playólogo/Maremecum.
La ruta para todos los públicos.
Longitud: 9,6 km.
Tiempo estimado: 4h.
Desnivel: 300 m.
Dicultad: Media.
Mi puntuación andando: 7.
Ciclabilidad: Media. Hay tramos relativamente buenos y otros muy malos, como las escaleras de madera que hay que superar con la bici al hombro tanto en Cala Tirant como en Cavalleria. También está el inconveniente de rodar sobre la arena de estas dos playas.
Mi puntuación en bici: 6.
| La cala d'en Saler es una de las opciones que tienes para parar y darte un baño, pero es la única donde podrás pararte para comer a la sombra bajo el techado. © El Playólogo/Maremecum
Lo mejor
La soledad del paisaje y la sensación de abandono que se experimenta al caminar entre Cala Tirant y el Cap de Cavalleria. Los socarrells, esos arbustos endémicos –bajos, de forma esférica y muy espinosos– que aquí son mayoría. Parar a darse un baño en la Cala d'en Saler, que cuenta, curiosamente, con un techado bajo el que comer o descansar a la sombra. Cuando llegues a la carretera del faro salte del camino y llega hasta el mirador del faro, porque merece la pena verlo. Otra buena idea es acercarse hasta el yacimiento arqueológico de la Ciudad romana de Sanicera, en el ya de por sí fotogénico Port de Sanitja. Lo digo por el encanto que tienen las barquitas amarradas en este puerto natural milenario. Hace unos años había un Ecomuseo muy activo (ahora es una casa rural conocida como Santa Teresa), que compatibilizaba las excavaciones que se estaban realizando con las visitas guiadas y los campamentos de arqueología. Si quieres acabar aquí la etapa y no proseguir hasta Binimel·là te recomiendo que sigas caminando hacia el Port de Sanitja y que esperes hasta la puesta de sol. Las vistas son excepcionales. Y mejor aún si subes por la carretera al faro del Cap de Cavalleria y te asomas al borde de esos acantilados tan verticales. Estarás en la porción de tierra más septentrional de las Islas Baleares. No se puede estar más al norte de no ser en la Illa des Porros.
| La Illa des Porros es el lugar más septentrional de las Islas Baleares. © El Playólogo/Maremecum
Lo peor
El tramo de asfalto (1.300 m) que hay que hacer por la carretera entre donde estaba el Ecomuseo (alojamiento rural Santa Teresa) y el parking de la playa de Cavalleria, pues hay que lidiar con el tráfico de vehículos que se dirijen al faro. Si vas a subir hasta el faro caminando tendrás que seguir esa misma carretera asfaltada. De aquí al faro yendo por la carretera hay 2.900 m (de ida, y otros tantos de vuelta). Pero puedes ahorrarte un trecho atajando desde las preciosas calitas de Viola de Ponent, desde donde parte un sendero hacia elñ norte que evita ir por el asfalto.
| La playa de Cavallería es una de las más famosas de menorca. Destaca por la coloración de sus arenas, de tonos ferruginosos. © El Playólogo/Maremecum
¿Sabes cuál es el origen del Camí de Cavalls?
El Camí de Cavalls se diseñó originariamente para comunicar entre sí las torres de vigilancia, los fuertes y los cañones que había diseminados (y que aún se siguen conservando) a lo largo de toda la costa de Menorca para defender la isla de posibles ataques enemigos. Había que facilitar el transporte de la tropa y la artillería, y en aquellos tiempos todo se llevaba a lomos de los caballos. De ahí el nombre de "camino de los caballos". Como posible nacimiento del camino se baraja la fecha cercana al año 1330, en tiempos del rey Jaume II, cuando se dictaminó que había que mantener un caballo armado para la defensa de la isla. Pasaron los siglos y tanto los ingleses como los franceses, durante sus sucesivos periodos de dominación, lo fueron ampliando y manteniendo, tanto para su uso defensivo como civil. Pero durante los últimos años del siglo pasado el camino se fue perdiendo en el olvido, y no fue hasta el año 2010 cuando fue reacondicionado y equipado con decenas de escaleras y barandillas de madera, más de 1.000 estacas indicadoras y más de 100 bonitas barreras de piedra marés y madera para que no se escape el ganado. ¡Precioso!