Las mejores excursiones en barco de Mallorca

Mallorca
Paseos en barco


Visitar esta isla y no recorrer alguno de sus tramos de costa en barco es un pecado capital, ya que Mallorca está entre los 10 mejores destinos de España para hacer una excursión en golondrina turística. Además, en Sa Roqueta –así es como la llamamos con cariño todos los que la sentimos con verdadera devoción– esa es, precisamente, una de las mejores experiencias que puedes vivir. Compártela con toda la familia y atesora entrañables vivencias que jamás olvidarás. Porque la vida es solo eso: postales para enriquecer tu álbum de recuerdos. Pero como la oferta es muy amplia y no todas las opciones son igual de atractivas te voy a escoger solo las cuatro mejores excursiones en barco de Mallorca, para que aciertes a la primera. ¡Apunta!:

Del Port de Sòller a sa Calobra y el Torrent de Pareis.

No visitar el Torrent de Pareis y sa Calobra en Mallorca es como estar en Barcelona y no ver la Sagrada Familia: ¡otro pecado capital! Pero lo más habitual entre los turistas siempre ha sido llegar hasta la icónica sa Calobra en coche o en autobús por la carretera más sinuosa y vertiginosa de Mallorca. Lo cual está muy bien, pero, para mi, la verdad, es mucho más bonito, descansado y confortable llegar en barco. No te imaginas lo impresionante que es esta porción de costa situada en el corazón de la Serra de Tramuntana (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) vista desde el mar. Los acantilados, las cuevas, las montañas, las calas salvajes... ¡hay hasta cascadas y barrancos encajados en la roca! Todo te va a emocionar visto desde la cubierta de uno de estos confortables barcos, que en menos de una hora y desde 30 € por persona (precio ida y vuelta, niños 15 €) te llevarán desde el precioso Port de Sòller hasta la cala alpina más impresionante de Mallorca y el torrente más espectacular de Europa.

Sa Calobra

La golondrina turística te dejará en la playa de Sa Calobra, una calita de grava desde la que podrás llegar caminando fácilmente hasta el famosísimo Torrent de Pareis. Tan solo hay que cruzar a través de un túnel excavado en la roca iluminado con luces de colores. ¡Los peques alucinan! Y nosotros también... Justo antes hay varios restaurantes y tiendas de souvenirs con demasiada gente y poco que destacar. © El Playólogo/Maremecum.

Torrent de Pareis

El Torrent de Pareis es un barranco (el segundo en cuanto a dimensiones de toda la cuenca del Mediterráneo) que discurre a través de la Serra de Tramuntana a lo largo de más de 4.500 m, con tajos de hasta 400 m de altura. Existe una peligrosa ruta apta solo para los más aguerridos senderistas que es preferible hacer yendo siempre acompañados por un guía experto (todos los años hay quien se queda atrapado y precisa de ayuda). Pero se puede acceder fácilmente a la desembocadura después de mil metros de paseo. Aquí se forma una playa espectacular encajada entre acantilados verticales donde uno se puede bañar siempre y cuando el oleaje lo permita. © El Playólogo/Maremecum.

Torrent de Pareis

El anfiteatro rocoso que forma el Torrent de Pareis es una postal que no tiene precio. Y un lugar con unas propiedades acústicas muy especiales... ¿Sabías que aquí se celebra un fabuloso concierto de música clásica gratuito cada primer domingo de julio? Apúntatelo y si puedes ven a disfrutarlo. © El Playólogo/Maremecum.

Del Alcudia a Formentor.

El cabo y faro de Formentor es otro de esos lugares icónicos en Mallorca. Y cierto es que llegar hasta el faro en coche y asomarse al mirador del Colomer, etc. son experiencias que debes tener sí o sí. Pero hay un pero. Sí. El “pero” es que en verano cortan la carretera de acceso y no puedes llegar (sin que te multen) más que en un autobús lanzadera. Ocurre algo así como con la subida a los Lagos de Covadonga, en Asturias. Pero hay una opción que seguro que no habías barajado: la de ver el faro y el cabo desde el mar. ¡Vas a alucinar! La vista es impresionante, porque los acantilados son verticales... ¡y altísimos!. Y porque hay varias calas preciosas de por medio (es Caló, en Feliu, cala Murta, y en Gossalba) a las que solo se puede llegar con relativa comodidad en barco. Y luego está la paradita en la playa más elegante de Mallorca (la de Formentor) y los chapuzones veraniegos que te puedas dar. Pasar junto al faro de la Punta de la Avançada y su multimillonaria fortaleza tampoco es baladí. ¡Seguro que lo vas a disfrutar! Hay varias opciones: o llegar hasta el faro desde Alcudia o desde el Port de Pollença. Los precios arrancan en 30 € (20 € para los más pequeños). Y hay barcos de varios tipos, algunos son como goletas piratas y otros son catamaranes con casco de cristal.

Formentor

La vista desde el mar del Cabo de Formentor impresiona por la magnitud de los acantilados. Llegar hasta aquí en barco es cómodo y muy placentero siempre y cuando la mar acompañe (lo más habitual). Durante la travesía se pasa por calas de difícil acceso por tierra y otros cabos como el del Cap des Pinar que son territorio militar y no se pueden visitar. © El Playólogo/Maremecum.

La Solana

La travesía hasta el Cap de Formentor discurre junto a tramos de costa acantilados e inaccesibles repletos de preciosas calas salvajes. En esta imagen se puede observar a una de las golondrinas turísticas fondeada en la Solana para que su pasaje pueda disfrutar también de un chapuzón en sus aguas cristalinas. © El Playólogo/Maremecum.

Playa de Formentor

Como recompensa final siempre tendrás la playa de Formentor, que se cuenta entre las más bellas y elegantes de Mallorca. ¿No me digas que no apetece darse un baño aquí? El barco deja aquí a su pasaje para que puedan disfrutar de la playa antes de volver a Alcudia o al Port de Pollença. © El Playólogo/Maremecum

De la Colònia de Sant Jordi a la isla de Cabrera.

Hasta la isla mayor del Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera solo se puede llegar en barco y el puerto más cercano a ella para zarpar es el de la Colònia de Sant Jordi. La travesía dura entre una hora y 20 minutos, dependiendo del barco que escojas y de las condiciones de la mar. Esta excursión que te propongo es la única que no va costeando y que te adentra en “alta mar”. Se trata de llegar hasta la isla y desembarcar en ella para visitar el castillo más tenebroso que hayas imaginado, bucear en sus aguas protegidas llenas de vida, conocer la famosa cueva azul (sa Cova Blava) y, sobre todo, la historia que atesora esta antigua isla militar, otrora campo de concentración sin más muros que los de la inmensidad azul donde murieron miles de soldados franceses a principios del siglo XIX. El paisaje es sobrecogedor. La calma, el silencio, la sensación de aislamiento... aquí todo es distinto a “lo que se cuece” en la mayor de las islas Baleares. Subir a lo alto del castillo a ciegas por la escalera de caracol mientras vas sintiendo la frialdad del pasamanos, asomarse a las almenas y descubrir la lejanía de la civilización, la soledad austera... Resulta fácil imaginarse lo terribles que debieron de haber sido los últimos días de los aquí recluidos.

Cabrera

El puerto de Cabrera solo permite el desembarco de las golondrinas turísticas y los visitantes que lleguen con su propia embarcación. Desde aquí al castillo hay un camino que sube y pasa junto al cementerio de la isla, donde estuvo enterrado un pescador y un piloto alemán de un avión de combate. En el puerto hay una cantina donde tomarse algo sin demasiadas pretensiones. © El Playólogo/Maremecum.

CabreraEl Parque Nacional del Archipiélago de Cabrera está compuesto por varias islas e islotes, aunque el castillo y el puerto están en Cabrera, la única isla habitada. Na Foradada, na Pobra, na Plana y la Illa des Conils son los islotes junto a los que pasarás navegando con el barco de camino al puerto de Cabrera. Algunos sirvieron de diana durante las prácticas de tiro en los tiempos en los que Cabrera fue una zona militar. © El Playólogo/Maremecum.

Puerto de Cabrera

Este es el puerto de Cabrera, hasta donde llegan las lanchas de pasaje y las golondrinas turísticas, y el único sitio donde está permitido fondear a los barcos que vienen hasta aquí después de haber obtenido un permiso especial. Desde el puerto salen varias rutas senderistas hasta diversas partes de la isla. Las hay para todos los niveles. © El Playólogo/Maremecum.

Del Port d’Andratx a la isla de Dragonera.

Hay excursiones en barco como esta que por el mismo precio te da la oportunidad de disfrutar de lo mejor de los dos mundos: paseo en barco y ruta senderista. Porque salir desde el famoso Port d’Andratx para llegar navegando hasta la isla de los dragones (Dragonera) es una de esas experiencias (otra más) que hay que vivir ni que sea por una vez en la vida, sobre todo si tú también eres “de mar” como nosotros. Dragonera es un Parque Natural protegido que cuenta con cuatro fabulosas rutas senderistas, algunas muy sencillas y para todos los públicos, y otra, mi preferida, solo para caminantes con buenas piernas. Aquí no se viene para bañarse ni bucear, aquí se viene para alucinar con las vistas desde cualquiera de los tres faros (uno de ellos en desuso) que coronan la cima y cada punta. A mi me tiene enamorado la pista en zigzag que llega hasta el Far Vell de Na Popia (el que desmantelaron porque casi siempre estaba cubierto por la niebla). Para un Mallorquín es como ascender al Kilimanjaro de las islas e islotes de Mallorca: una experiencia religiosa. El centro de interpretación recoge interesante información sobre el parque y sus faros, que tienen muchas anécdotas que contar.

Dragonera

A diferencia de la isla de Cabrera, la de Dragonera está a muy poca distancia de tierra firme y la travesía se hace muy corta. Desde ella se puede apreciar en toda su grandeza la rotundidad de la Serra de Tramuntana. A Dragonera se puede llegar en barco de pasaje desde Sant Elm o desde el Port d'Andratx. © El Playólogo/Maremecum

Faro Dragonera

Llegar caminando hasta el faro de na Popia es duro, pues son casi 4 km de dura ascensión en zigzag, pero una vez allí arriba las vistas son indescriptibles. Asomarse al otro lado de la isla, completamente vertical, desde aquí arriba, y asomarse al vacío, te pondrá los pelos de punta. Del faro apenas queda nada, pues fue desmantelado a causa de las nieblas que casi siempre lo ocultaban. © El Playólogo/Maremecum.

Dragonera

Desde esta zona de la isla se disfruta de alguna de las mejores puestas de sol de Mallorca. Y si además tienes el privilegio de presenciarla desde el mar, mucho mejor. © El Playólogo/Maremecum.