
Mis queridos playólogos, para esta primera semana de la vuelta al cole me han puesto unos deberes muy pero que muy complicados. ¡Casi ná!: me han pedido que os seleccione las playas más paradisíacas de Mallorca. Imagínate qué dificultad, cuando hay 284 playas y calas diferentes. Y luego están los gustos. Porque como dice el dicho: para gustos, calas. Porque las que les gustan a las familias a veces no coincide con los gustos de los senderistas, de los nudistas o de las parejas.
Pero a pesar de todo me voy a mojar y voy a haceros mi selección personal basada en dos criterios. Calas paradisíacas por un lado y grandes arenales (también paradisíacos) por el otro. Porque nada tiene que ver lo uno con lo otro, ¿verdad? Pues al lío:
| Las playas de Es Peregons (la Grans y la Petit) son dos buenos ejemplos de los auténticos paraísos mallorquines. © El Playólogo/Maremecum
Los grandes arenales más paradisíacos
Nadie me puede negar que la fama de Es Trenç es bien merecida, pero qué hay de Es Carbó o Es Caragol, situadas a mitad de camino entre el Cap de Ses Salines y la colonia de Sant Jordi. Cualquiera de ellas bien que se semeja a los famosos paraísos de Formentera, y TripAdvisor ni se acuerda de ellas (ni falta qué hace). Puede que algo tenga que ver lo de tener que caminar una media hora para poder gozarlas... ese peaje sí que no se paga con dinero.
| La playa de Es Carbó es otro magnífiico ejemplo del paraíso que soñamos todos. Y aunque haya que caminar un poquito, merece la pena el sacrificio. © El Playólogo/Maremecum
Muy cerquita de la Colonia de Sant Jordi, y bien accesible, tenemos la playa de Es Marqués, para estar como bien dice su nombre, como marqueses. Y a los que le sobre la gente, las hamacas y las sombrillas, que camine un poco más y descubra las playas vecinas de Es Peregons.
¿Y si nos escapamos al norte, qué me decís de la playa de Muro? La zona virgen de Es Comú, con esas dunas y el pinar que todo lo rodea, es un paraíso que no tiene precio.
Y hablando de dunas, otro playón de los records es Sa Mesquida, que aunque esté parcialmente urbanizada sigue siendo un paraíso. Cala Agulla, muy cerca de Sa Mesquida, es otra perla que nada tiene que envidiar a los paraísos que todos tenemos en la cabeza.
Y espera, que antes de que se me olvide os tengo que recordar los arenales de sa Canova y Son Real, que también están, como la de Muro, en la bahía de Alcúdia.
| El Nombre de Cala Agulla viene de la Punta des Gulló, ese afilado entrante con forma de aguja (agulla en mallorquín) que separa cala Agulla de cala Moltó, otro pequeño paraíso mallorquin. © El Playólogo/Maremecum
Las calitas más coquetas y paradisíacas
Esos son mis arenales más paradisíacos. Ahora vamos a por las calas. Pero distingamos antes entre las calas asilvestradas y las domadas, porque en Mallorca hay de todo.
Las reinas de los paraísos montañosos son Coll Baix y Cala Tuent, aunque necesites una esterilla acolchada para no volver con las piedrecitas marcadas en la espalda.
| Coll Baix es una cala auténticamente natural, rodeada de naturaleza pura, con una preciosa ruta excursionista que llega hasta ella. © El Playólogo/Maremecum
Y ahora vamos a por las calas de arena fina más paradisiacas. Empezando por cala Mitjana, la de los Fierro, porque no existe otra igual en el mundo. Esta cala fue domada a base de caricias y así salió de dócil y hermosa, totalmente ajardinada y amueblada con un gusto exquisito. Esta niña mona es como una quimera para el común de los mortales; porque que es sino un sueño imposible el de poder levantarse cada mañana viviendo esa casita a pie de playa.
| Cala Mitjana es una de las calas más bellas de Mallorca, un paraíso domado que es la envidia de todas las miradas. © El Playólogo/Maremecum
En esta misma zona del llevant mallorquín, muy cerca del paraíso masificado de cala Varques, tenemos dos pequeñas calas de arena totalmente vírgenes que también son auténticos paraísos. Se trata del caló de Serral y cala Sequer. Que son auténticas perlitas de arena nacarada y aguas turquesa con capacidad para no más de media docena de feligreses. Hay que caminar, pero bien que merece la pena. Al menos para mi. Porque lo de llegar a la piscina de las ninfas y sumergirte solo que es sino un paraíso.
Y luego están Cala Petita, Cala Estreta, Albardans, n’Aladern, Es Matzoc, Sa Font Celada, el Arenalet des Verger, Magraner, Pilota, Virgili, Bota, las playitas de las pedreras del Delta, Belladona, cala d’Egos... hay tantos y tantos paraísos desconocidos... y todo por no saber o no querer informarse, porque estar están ahí. A la vuelta de la esquina. Y en esta misma guía, en Maremecum, el genuino vademecum del litoral.
| Calas Virgili, Pilota y Magraner, auténticos paraísos aún por conocer. © El Playólogo/Maremecum.
Los paraísos de la sierra Patrimonio de la Humanidad
Pero, escuchad, que aún me quedan los paraísos de la serra de Tramuntana. No me digas que aún no os habéis sumergido en el acuario natural del Port de s’Estaca o en el de la Pedra de s’Ase, justo antes de gozar de una de las mejores puestas de sol. ¿Y en la cala de Sa Galera, Sa Pedrera, Deià y todas las demás? Hasta aquí solo llegan los auténticos playólogos, los que se las saben todas, los que conocen el secreto para huir de las masas y disfrutar de la Mallorca más auténtica.
| Cala Deià, en pleno corazón de la Serra de Tramuntana, es otro buen ejemplo de los paraísos que esconde esta sierra Patrimonio de la Humanidad. © El Playólogo/Maremecum
A mi Roqueta querida, y a todos los que como yo adoráis esta isla tan afortunada, gracias por seguirme y permitir que siga viviendo un sueño.
¡Nos vemos en la playa!