Las mejores playas de Ibiza para parejas gourmet

Ibiza
PLAYAS

Si estás buscando una playa donde puedas sentarte a comer y disfrutar como reyes, que no haya que sudar la gota gorda para llegar y que sea lo suficientemente tranquila para poder estar intimando plácidamente los dos bajo la sombrilla es muy probable que te guste mi selección. Está hecha con mucho cariño. Aquí no hay IA (Inteligencia Artificial) que escoja por ti. Aquí lo que hay es mucha IE (Inteligencia Emocional). Mucha empatía y mucho corazón.

Y ganas de agradar y sorprenderte. Y conocimiento. Mucho. El que da el haber recorrido, cartografiado, inspeccionado y disfrutado de todas, absolutamente todas las playas de Ibiza, desde la más pequeña hasta la más grande. Así que fíate de mi, que para eso soy el Playólogo. Y descansa, relaja, disfruta, saborea, sueña, desconecta... ¡y enamórate, que estás de vacaciones!

Caló des Moltons

Caló des Moltons, Ibiza. Este fue mi chiringuito preferido durante muchos años, hasta que le arrebataron la concesión. Era un lugar único. Una verdadera Utopía. Es una verdadera lástima que ya no exista y que ya no puedas disfrutarlo como hice yo. Gracias Jessica por tu buen hacer ;-). © El Playólogo/Maremecum.

Las mejores playas de Ibiza para parejas gourmet.

¿Estás listo para conocer las mejores playas de Ibiza para gozar de los caprichos de la isla en pareja? Pues aquí te van:

Playa de es Torrent, famosa por los pescados de su restaurante (y por sus comensales).

Esta es una de esas playas que no entiende de masas (ni de chumba chumba) a donde hay que venir cuando te quieres dar un capricho. Un capricho gastronómico. Uno de esos de 300 € por pareja [...] Que Ibiza cotiza muy alto ya lo sabemos todos, y que este es uno de esos lugares que lo evidencian, también. Dicen que no hay mejor digestivo tras degustar su bullit de peix con arroz a banda que dormir la siesta en sus hamacas... Las que reserva el restaurante Es Torrent para sus comensales. Porque pocas comodidades tiene, ya que es una playa de grava y cantos rodados poco amiga de los pies descalzos, donde de no ser por las hamacas costaría tumbarse al sol como lagartijas baleares (podarcis lildformi). Pero tiene la ventaja de pasar desapercibida entre el gran público y de ser una playa poco "instagrameable", así que aquí se está muy bien, muy tranquilo y ajeno al jaleo (y al postureo) de las cercanas Cala Jondal y Ses Salines. Los comensales habituales suelen llegar desde los barcos que fondean cerca (algunos mundialmente conocidos, aunque prefieran pasar desapercibidos) atraídos por al aroma de sus célebres mariscos a la plancha y pescados al horno. Tiene fama de ser uno de los restaurantes de pescado más afamados (y caros) de la isla.

Alternativa:

Si buscas un lugar mucho más tranquilo para nadar con tu chic@ (en pelota y sin gastar un euro) te recomiendo que te acerques a la cercana playa de Sa Caixota.

Playa de es Torrent Ibiza

Playa de Es Torrent, Ibiza. © El Playólogo/Maremecum.

Playa de Ses Boques, donde la boca se te hace agua (pero a precios más contenidos).

Si quieres huir de las masificaciones y sorprender a tu chica llevándola a un sitio diferente, a una playita muy isleña y auténtica (aunque feuchilla, porque todo hay que decirlo), donde además se come bien (pero sin lujos), pásate por aquí y reserva mesa y unas hamacas. Ya verás como lo gozáis. Aunque los manteles sean de papel y se prescinda de caros adornos aquí de lo que se trata es de chuparse los dedos, pero sin dejarse la cartera. Desde arroces y pescados hasta caldereta de langosta, pero todo en un ambiente muy sencillo y familiar. Sin artificios. Como en un chiringuito de los de toda la vida. Por eso me gusta tanto Ses Boques, porque es un rincón perfecto para huir de los lugares más populares (y caros) de la isla y pasar la tarde muy tranquilos, comiendo bien y sesteando aún mejor. Y todo a precios bastante contenidos. Y luego están sus populares casetas varadero, donde los pescadores siguen guardando sus ancestrales embarcaciones como se ha hecho toda la vida. Esto sí que merece una foto de recuerdo, porque ingenios como estos solo se ven aquí.

Alternativa:

Y si al volver os apetece pasear un ratito y descubrir una cala de lo más auténtica donde da gusto ponerse las gafas y bucear no te olvides de Cala Llentrisca, que la tienes a 400 m de andadura y tan solo 2.000 m de aquí. Una playa de lo más rústico e isleño.

Ses Boques

Playa de Ses Boques. Ibiza. © El Playólogo/Maremecum.

Cala Molí, la puesta de sol alternativa.

Te gustará esta calita, pues no tiene nada que ver con sus agobiantes vecinas cala d’Hort y Tarida, donde se juntan todos los turistas para retratar the sunset todos a una. Tiene casi todas las comodidades y una preciosa puesta de sol para sorprender a tu chic@, con los islotes de Ponent (Espartar, Ses Bledes, etc.) recortando el horizonte. Lo que más me gusta es que a pesar de la llegada turbadora del turismo sigue siendo una cala muy familiar y tranquila que vive ajena al tumulto de las playas más de moda. Aquí da gusto venir sin prisas, con un buen libro en la mano y todas las atenciones para tu pareja. Hay hamacas, sombrillas... ¡y hasta un restaurante con piscina! Es cierto que el sitio está bien decorado y luce muy hermoso, y que lo del nombre de Silencio puede que le haga justicia, pero, para ser justos, cierto es que de la parte gastronómica no puedo decirte nada. Yo aquí nunca me he sentado a la mesa. ¿Y tú? Prueba y luego ya me lo cuentas... ;-)

Alternativa:

No se si a ti también te pasa... que a veces confundes Cala Molí con Cala Carbó, su prima hermana. Si Molí no te encaja acércate a Cala Carbó y disfrutarás, además, de dos reputados restaurantes (esto sí que lo corroboro). En cualquiera de ellas es casi obligado salir nadando hacia mar abierto en el momento justo en que el sol se precipita en el horizonte. ¿No estabas buscando buenas experiencias y recuerdos inolvidables? ¡Pues aquí tienes otra!

Cala Molí

Cala Molí, Ibiza. © El Playólogo/Maremecum.

Cala Codolar, el sueño de casarse en Ibiza.

¿Sabes por qué adoro esta cala? Porque es un lugar que pocos conocemos, que no está repleto de turistas y que tiene lo justo para pasar el día super agustito con tu pareja, amigos o familia. Los fondos son de arena, las aguas cristalinas y las puestas de sol, sencillamente, mágicas. Y luego tiene un "chiri" sencillito, como los de toda la vida, lo justo para picar algo y tomar una cerveza, pero sin grandes pretensiones y sin arruinar tu economía. Pero no solo eso. Resulta que justo aquí (a escasos metros más arriba) se encuentra uno de esos lugares con los que cualquiera soñaría para celebrar una boda en Ibiza. Lo llaman Elixir. Aquí sí que te van a sobrar los lujos. Por cierto, que a mi también me gustaría casarme aquí... Lo malo es que me falta la novia (y los dineros). Acepto sugerencias (e invitaciones ;-).

Alternativa:

Acercarse hasta las playas de Comte (Cala Conta) y sucumbir entre las masas. Si esperas hasta el ocaso igual alucinas con las dj sessions del Sunset Ashram. Yendo hacia el W, hacia lo que fue la casa de veraneo de la top model Elle Machperson (una de mis lectoras más ilustres) te vas a encontrar con el Racó d'en Xic, una playita un poco más ajena al tumulto.

Cala Codolar

Cala Codolar. Ibiza. © El Playólogo/Maremecum.

Cala Gracioneta, como Cala Gració, pero con más gracia.

La gracia de esta cala arropada por los pinos no solo está en sus aguas de color esmeralda. Porque ahora se disfruta más que nunca, sobre todo al tomarse una copa al anochecer. El chiringuito se vuelve un espectáculo de cálidas luces y agradables sobremesas. Me encanta venir en las noches tropicales para disfrutar de la atmósfera. Un baño a la nit resucita a un muerto. Y a medio día el arroz con verduras sienta divinamente después de haberte sumergido en una cala de aguas mansas y cristalinas, mucho más apetecibles que las de su madre, la democrática (y atiborrada) Cala Gració, de la que apenas la separan cuatro brazadas. Y las hamacas, que bien pudieran recibir el apellido de "balinesas", apostadas de dos en dos bajo esas sombrillas tan rústicas y apropiadas para el entorno, te están pidiendo constantemente que te tumbes a dormitar. A leer y a soñar. Con el amor de tu vida. O con tus próximos viajes. Porque la vida no es nada sin estos placeres del alma. ¡Salud!

Alternativa:

¿Conoces el Racó de Sa Ferradura? Es un curioso entrante en la roca con forma de herradura donde se forma una calita de grava de lo más peculiar. Hay un sitio en el acantilado desde el que se puede saltar al agua posando para la foto. Se llega paseando por la orilla en dirección a Sant Antoni. Acércate a verlo (hay unos 500 m) y así abres el apetito. ¡Pero ojo por donde saltas!

Cala Gracioneta

Cala Gracioneta. Ibiza. © El Playólogo/Maremecum.

Playa de s'Illot des Renclí, un rincón hecho al gusto del isleño.

Si te digo la verdad, conozco pocos planes mejores que el de pasarse el día por aquí –a remojo, en pelota picada y magreándose al sol de la vida– para terminar el día (o comenzarlo) saboreando junto al mar uno de los mejores arroces negros de la isla. La playa, todo hay que decirlo, no merece mucho la pena, porque apenas tiene arena ni superficie donde extender la toalla. Pero eso no quita que sea uno de los rincones más isleños y agradables para nadar y bucear. Toda la zona está repleta de lugares con encanto donde extenderse cual lagartija con el "cucu" al sol. Y sitios donde entrar al agua con relativa comodidad. Por aquí no hay más lujos que los que ofrece la propia naturaleza, que resulta arrebatadora. Las chicharras son las únicas protagonistas junto con los pinos y las aguas cristalinas. Algún yate fondea en la extensa bahía de Cala Xarraca como para darle la pincelada de lujo que le faltaba. Este es uno de los mejores fondeaderos de la isla, aunque muchos no lo sepan. Llévate las gafas de bucear y prepárate a disfrutar. Pero si te quieres quedar a comer reserva antes, porque el sitio (como las hamacas) se lo rifan.

Alternativa:

En Cala Xuclar hay otro chiringuito donde igual encuentras mesa. Aunque si tuviera que escoger... ya sabes con cual me quedaría. La cala no es gran cosa, pero la experiencia de estar comiendo en un chiringuito como los de siempre es algo que merece la pena.

Illot des Renclí

Illot des Renclí. Ibiza. © El Playólogo/Maremecum.

Cala d'en Serra, el mejor lienzo para los grafiteros.

A esta cala daba gusto venir para escapar de las zonas turísticas de la isla y vivir de cerca la verdadera esencia de Ibiza. Recuerdo con buen gusto (es más, me relamo con solo recordarlo) esos sandwich de pollo y aguacate, las hamburguesas caseras y los cócteles al final de la tarde. Había un chiringuito regentado por una familia que lo llevaba desde hace años. Y se estaba bien. Muy bien. Siempre te encontrabas con gente de la isla y se estaba como en familia. Tenías lo justo para gozar de una cala que, de no mirar hacia tus espaldas, era como una postal mediterránea perfecta. Con sus casetas varadero, sus praderas de posidonia y el horizonte infinito. Sin nada que sobrara en el paisaje. Pero lo que no había que hacer era volverse y descubrir esa mole de hormigón fracasada. Los bloques de un hotel que nunca llegó a concluirse y que siguen ahí afeando el paisaje. Menos mal que desde la playa no se ven salvo si te giras. Y que el arte surgió de manera espontanea en forma de graffitis para tomar cartas en el asunto e ir tapando con gusto (la mayoría de ellos) las feas paredes de hormigón de lo que hubiera sido un hotelazo más a pie de playa. Arte urbano, arte isleño o rollito ibicenco... Llámalo como quieras. Pero lo cierto es que mola y las fotos con tu chic@ posando son de lo más instagramer. Pero no te olvides: esta vez tendrás que llevarte la comida de casa. Al menos hasta que no vuelva el chiri de mis recuerdos...

Alternativa:

De camino hacia aquí tienes las playas de Portinatx, un balneario para familias que no tiene nada que ver con la imagen que se proyecta de Ibiza. A mi me encanta. Es uno de mis lugares predilectos. Acércate hasta el Port de Portinatx y seguro que te gusta la pintoresca estampa de las barquitas y las casetas varadero. Hay un restaurante y un hotel de nombre muy sugerente: Los Enamorados.

Cala d'en Serra

Cala d'en Serra. Ibiza. © El Playólogo/Maremecum.

Sol d’en Serra, la playa del Amante.

Si te traes a tu pareja una noche de esas con luna llena, vestidos los dos de blanco inmaculado y bien perfumados, ya te digo yo que la enamoras de por vida... La playa no es que sea nada del otro mundo (es de grava y arena tosca), pero el acogedor espacio que han logrado en este beach club es una auténtica delicia. Me encanta este sitio. Es tranquilo y elegante. Mucho. Se goza de la calma y la belleza del entorno sin estridencias. Es romántico y amable. Derrocha belleza por todas partes. Y si te coincide el amanecer de la luna llena sobre el mar ya es para derretirse... Recuerdo habérselo recomendado a varias parejas de amigos y todos volvieron enamorados hasta las trancas. Es lo que tiene llamarse El Amante... Lo que menos me gusta de la playa es que a veces las corrientes la llenan de medusas y posidonia, lo que la desluce. Es lo que tiene su orientación sur - sureste. Suele estar batida por el oleaje y casi siempre hay brisa fresca del mar, así que calor no pasarás. 

Alternativa:

Acercarse a la playa de s'Estanyol y tantear el restaurante Cala Bonita. La playa no es muy apetecible, salvo la parte norte (poco antes de llegar a las casetas varadero), donde hay fondos de arena mucho más amables para los pies.

Sol d'en Serra

Playa de Sol d'en Serra. Ibiza. © El Playólogo/Maremecum.