Las islas e islotes más curiosos de Mallorca

Mallorca
Islas e islotes

La isla de Mallorca está salpicada por varias islas e islotes mucho menos conocidos que las archiconocidas islas del archipiélago de Cabrera y Dragonera, declaradas Parque Nacional Marítimo Terrestre y Parque Natural respectivamente, entre otras figuras de protección. Se trata de pequeños islotes como el de Na Guardis, Pantaleu, es Pontás, etc. relativamente cercanos a tierra (se puede llegar a nado sin apenas esfuerzo a casi todos ellos) que están repletos de curiosidades. ¿Te animas a conocerlos conmigo? Nadando, en kayak, con una lanchita de alquiler... ¡o escalando!  Cualquier forma de explorarlos es buena.

 

El Colomer

| El Colomer. © El Playólogo/Maremecum

 

1. Islote de Na Guardis, la primera factoría siderúrgica de Mallorca


Lo que menos se imaginan los turistas que recorren el precioso paseo marítimo de la Colónia de Sant Jordi es que en ese islote que se ve ahí al frente –conocido como Na Guardis– hace unos 2.400 años hubo un asentamiento púnico ebusitano que estuvo forjando hierro a cambio de la sal de las salinas. Estos colonos ibicencos fabricaban joyas y armas en metal para los jefes tribales de los indígenas mallorquines que las deseaban como bienes de prestigio para acrecentar su carisma y asegurar su poder y el de sus herederos. Mientras que los ebusitanos querían la preciada sal de las salinas de Sant Jordi (que todavía siguen en funcionamiento) y, sobre todo, la mano de obra barata para explotarlas. Junto a él hay varios pecios de naves romanas hundidas y aún se conservan esculpidos en las rocas los agujeros donde se encajan los troncos de los embarcaderos.
Cuando las legiones romanas conquistaron la isla (entorno al 130 a.C.) los mercaderes ebusitanos (originarios de la antigua Ebusus, Ibiza) lo abandonaron, aunque ya llevaban ahí asentados probablemente desde el siglo cuarto antes de cristo.

 

Na Guardis

| Na Guardis. © El Playólogo/Maremecum

 

Cómo llegar hasta aquí: Nadando 350 m desde la playa de Can Curt o alquilando una lancha, kayak o SUP en el puerto de la Colonia de Sant Jordi.

 

2. Isla de’s Porros, el cementerio más antiguo de la isla


Es la islita de la necrópolis de Son Real, una de las excursiones senderistas más recomendables de Mallorca, especialmente para las familias con niños. Se encuentra a tan sólo unos 100 metros de distancia mar adentro (en tiempos prehistóricos estaba unido a tierra) donde en época estival se puede acceder a ella mediante un paseo a nado. En este islote se encuentran restos prehistóricos interesantes, con tres grandes cámaras talladas en la roca y a un nivel inferior del suelo. Son construcciones espectaculares, más amplias que las de la necrópolis de Son Real. Se encontraron los restos humanos de un total de 230 individuos además de una gruesa capa de cenizas con restos de ofrendas y enterramientos por incineración. Las tumbas fueron utilizadas regularmente desde el siglo IV hasta el II a. C. Cada vez que llego hasta ella nadando se me ponen los pelos de punta pensando en que aquí se hallaron cráneos trepanados, perforados (sin anestesia) con ayuda de algún instrumento rudimentario con el fin de mitigar alguna dolencia. La intención era buena, pero el método... Y peor aún los resultados.

 

Illa des Porros

| Illa des Porros, Mallorca. © El Playólogo/Maremecum

 

Cómo llegar hasta aquí: Nadando unos 100 m desde la punta des Patró. Para llegar hasta este saliente y su playita tienes que recorrer las sendas que parten desde el Centro de Interpretación de Les Cases de son Real, situado a unos 2.000 m de caminata.


3. Pantaleu y la reconquista


Este pequeño islote situado frente a Sant Elm forma parte del parque natural de su isla vecina, Dragonera, otro de esos lugares que hay que visitar en Mallorca y, especialmente, para subir hasta el faro viejo, desde donde se disfruta de una de las mejores vistas de la isla. Según cuentan las crónicas oficiales, la flota del rey Jaime I de Aragón recaló justo aquí antes de iniciar la conquista de Mallorca para los reinos cristianos, ya que se encontraba "a un tiro de ballesta" de la costa. Aquí se bajaron y desde aquí iniciaron la reconquista de la isla de manos de los árabes. Pero no fue solo aquí.. Sigue leyendo y verás. Pero párate antes a observar: ¿Ves todos esos barquitos que hay fondeados a su alrededor? Este es uno de los campos de boyas gestionados por Ports IB. Fondear aquí está prohibido, solo te puedes amarrar a estas boyas, que son de pago y hay que reservar antes porque suelen estar muy solicitadas. Se trata de proteger una de las praderas de posidonia mejor conservadas de Mallorca.

 

Sant Elm

| Es Geperut. Sant Elm. Mallorca. © El Playólogo/Maremecum


Cómo llegar hasta aquí: Desde el muelle de Sant Elm aquí hay 220 m, los cuales se pueden hacer a nado si estás bien curtido o alquilando un kayak en la cercana playa de Sant Elm.


4. Sa Porrassa y la batalla de Portopí


Coincidiendo con el 700 aniversario de la conquista de Mallorca, cada 9 de septiembre desde el año 1929 se conmemora en la bahía de Santa Ponça el famoso desembarco de las tropas catalanas comandadas por el rey Jaume I. Es una fiesta multitudinaria muy famosa en la isla. Pero lo que no es tan conocido es que aquel 9 de septiembre de 1229 parte de la flota se dirigió al Port de Sa Porrassa, o lo que es lo mismo, a la bahía de Magaluf, frente a esta isla, la de Sa Porrassa, para descansar y organizar la batalla de Portopí, que comenzó 8 días después. El desembarque de las tropas cristianas había sido pactado con un cacique local en la norteña bahía de Pollença, justo al otro lado de la isla, pero las condiciones meteorológicas provocaron que Jaume I desembarcara en la zona sur de la isla. Así que esta islita (hasta la que llegan hoy los turistas de Magaluf en las barquitas de pedales) contribuyó también a devolver a manos cristianas un territorio conquistado por los árabes durante más de 300 años.

 

Sa Porrassa Magaluf

| Sa Porrassa. Magaluf. © El Playólogo/Maremecum


Cómo llegar hasta aquí: La forma más segura es alquilando una lancha de pedales, un kayak o un paddle SUP en la cercana playa de Magaluf, ya que hay 630 m de distancia y mucho tráfico marítimo.

 

5. Es Pontas, una de las escaladas más difíciles del mundo


Es el primer psicoblock de noveno grado, el más difícil del mundo. Hoy Mallorca es para la escalada lo que Hawai es para el surf, una referencia a nivel mundial. Todos los escaladores del mundo han oído hablar de Mallorca gracias, en parte al fallecido Miquel Riera, el escalador mallorquín más famoso de la historia. Y Es Pontàs, en Cala Santanyí, además de un capricho geológico que no se cansan de fotografiar los turistas, es una de las escaladas más difíciles y espectaculares del mundo, y también la vía más famosa debido a un reportaje de televisión que ganó el EMI al mejor documental deportivo y fue el programa deportivo más visto de la NBC americana. Tanto es así que hay una marca americana de zapatos deportivos que le ha puesto de nombre Es Pontàs a su mejor línea de zapatos de escalada (pies de gato). Si te acercas a las playas de cala Santanyi o de cala Llombards tienes que pasarte sí o sí por el mirador que hay entre ambas. Y quizás tengas la suerte de encontrarte con Chris Sharma o alguno de sus seguidores agarrado a las rocas como una lagartija balear. ¡Menudo espectáculo!

 

Es Pontás

| Es Pontás. Mallorca. © El Playólogo/Maremecum


Cómo llegar hasta aquí: Aunque el famoso arco de roca se encuentra a tan solo 15 m de la orilla solo se puede llegar nadando o navegando desde la playa de Santanyí (600 m) o la de cala Llombards (500 m).

 

6. Isla del Toro, la puerta de entrada a Madina Mayurqa


La isla del Toro se encuentra al sur de Mallorca, entre Santa Ponça y el Cap de Cala Figuera, coronando el afilado entrante de la Punta de Rafeuvetx. Forma parte de la reserva marina del Toro, de gran valor ecológico en la que todavía se pueden observar antiguos nidos de águila pescadora que criaban en el paraje. Además esta zona cuenta con alguna especie de lagartijas endémicas (especialmente en los islotes de Malgrat y el Toro).  En el 2007se aprobó el hundimiento en sus cercanías de la fragata Baleares (de unos 133 metros de eslora) a modo de crear un arrecife artificial para el buceo. Pero lo más curioso (y gracias en parte a la riqueza piscícola de la zona), es que justo alrededor de la Isla del Toro se pudo observar la presencia de un ejemplar de foca monje, fotografiado por un submarinista en el año 2008. Como ya sabéis, las focas monje o vell maris se extinguieron hace muchos años, por causa, principalmente, del acoso que sufrían por parte de los pescadores, etc. La última foca monje mallorquina fue abatida a tiros en Cala Tuent en los años 50. Pues bien, si quieres alucinar con la vista más bonita de este islote adéntrate en las ruinas de la base militar abandonada del Cap de cala Figuera (a día de hoy es algo que se tolera y es muy habitual entre los vecinos de la zona) y acércate caminando por el filo de esta punta hasta el borde mismo. Experiméntalo y luego ya me cuentas.

 

El Toro

| El Toro. © El Playólogo/Maremecum
 

Cómo llegar hasta aquí: Aunque tan solo hay 500 m de agua de por medio solo te recomiendo que te acerques navegando, ya que el paso que hay entre la isla y Mallorca es un canal muy transitado por el tráfico marítimo.


7. Es Malgrats, la reserva marina que soñó Cousteau


Poco antes de la isla del Toro están las islas de Malgrats, cuyas costas son reserva marina. Las reservas marinas son figuras de protección donde las actividades acuáticas y pesqueras están reguladas, así que hacen las veces de vivero, de santuario donde las especies marinas (también las de alto interés comercial) se pueden reproducir a placer y a partir de ahí migrar y extenderse por otras zonas no protegidas. Si logramos que existan muchas otras reservas marinas lograremos ir recuperando lo perdido. En Junio de 2010 la expedición del Alcyone -el barco insignia de Cousteau tras el naufragio del Calypso en 1990- recorrió de nuevo los fondos marinos del Mediterráneo occidental, los mismos que el capitán Cousteau mostró hace 60 años para analizar cómo han cambiado desde entonces. Se comprobó que aquel Mediterráneo de antaño sólo sobrevive en las reservas marinas, y se constató que en estas áreas restringidas el estado del mar es incluso mejor que el registrado en los célebres documentales de Cousteau. Así que, sinceramente, creo que el camino está muy claro: más reservas marinas y más grandes. Y a esta isla con forma alargada de cola de saurio hay que asomarse a verla desde cualquiera de los tres miradores que hay entre el Cap Negret y la Punta de na Foradada, desde donde no se ve el capricho geológico más curioso de ellas: la olla de es Malgrats. La primera islita que se ve es la des Conills, y, la otra, es Malgrats, la que aquí nos acontece.

 

Es Malgrats

| Es Malgrats. Mallorca. © El Playólogo/Maremecum

 

Cómo llegar hasta aquí: Alquilando un kayak o paddle SUP en el Club Náutico de Santa Ponça, que se encuentra a 1.700 m de aquí.

 

8. Es Colomer, el islote más fotografiado de Mallorca

El islote de Es Colomer (el palomar en castellano) debe su nombre a la gran abundancia de palomas (coloms) que anidan aprovechando el aislamiento del islote junto con los cormoranes y las lagartijas endémicas (podarcis lilfordi colomi), que son sus habitantes mayoritarios. Estuvieron a punto de desaparecer por los pescadores, que se volvieron cazadores... Hubo años que la coronaba una bandera republicana junto con una independista, hasta que se sustituyó por un española. Y siempre pensé... ¿a quien le habrá dado por subirse ahí arriba, con lo duro que es?

Lo que es mucho más placentero es acercarse fuera de temporada hasta el mirador de Es Colomer, en la carretera que va al faro y playa de Formentor. El islote del Colomer es el símbolo de la costa salvaje de la Sierra de Tramuntana, con una altura de 112 m sobre el nivel del mar y 300 m de longitud. Este fascinante paisaje ha sido inmortalizado infinitas veces por los pintores de la Escola de Pollença y tantos otros que desde finales del siglo XIX han visitado este lugar.

Los miradores de la Creueta y el Colomer, situados en la punta de la Nao de la península de Formentor, son una parada imprescindible en la carretera que lleva hasta el faro. A su llegada nos recibe un monumento a Antonio Parietti Coll, el ingeniero que ideó tanto la carretera como este mirador. Situado a más de 200 metros de altura, el mirador ofrece unas espectaculares vistas de la Sierra de Tramuntana y del Mediterráneo, particularmente por la tarde. Es habitual que aquí se reúnan grupos de personas para presenciar el espectacular momento en el que el sol se pone sobre el mar. Pero ten en cuenta que durante los meses de julio y agosto está cortado el tráfico a los coches particulares por la saturación de la carretera.

 

Es Colomer

| Es Colomer. © El Playólogo/Maremecum

 

Cómo llegar hasta aquí: Aunque la isla se encuentra a tan solo 55 m de Mallorca el acceso hasta la orilla es muy complicado, así que lo mejor es llegar navegando. El problema es que es Colomer está a 11 M del puerto de Pollença, el más cercano.