
En Menorca todo cambia con el viento, desde el color del cielo y el mar hasta el carácter y los hábitos de la gente, por eso hay que ser como una veleta y dejarse llevar por Eolo. Por ejemplo: si estando de vacaciones en "la isla que navega" ves que sopla fuerte la tramontana –los vientos típicos del norte, los que encrespan la mar y enfrían el carácter de las gentes– pues os vais todos para el sur, donde no se sienten ni el frío ni las olas. Y si ocurriese lo contrario... ¡pues aprovecha porque es un milagro! Entonces es cuando te recomiendo que vayas a disfrutar de las playas del norte, las más salvajes y singulares de la isla. Y las que menos oportunidades hay para disfrutarlas en todo su esplendor. Además, tienen la ventaja de que suelen ser las menos saturadas. Así que, lo dicho, escoge la playa a la que quieres ir en función del viento* y/o de lo que hay que caminar. Porque, ¿te has fijado en que ya te pongo por adelantado los metros que sí o sí vas a tener que patear?
*My friend, ¡sé como el viento! Y consulta siempre la meteorología antes de decidir el sitio al que quieres ir. En cada ficha de nuestras playas (en la sección mapa) tienes la información meteorológica actual y el viento que está soplando en cada una.
1- Playas de Algaiarens (250 m a pie).
Aquí te vas a encontrar con dos impresionantes playas recomendables tanto para familias andarinas como para las parejas que no renuncien a tener que caminar 15 minutos a cambio de un paraje de belleza sin igual. No te olvides de descubrir la playa vecina, conocida como Es Bot de Algaiarens. Pasarás entre una duna inmensa y el torrente donde viven tortugas y gambusias, una curiosa especie de pececillo alóctono que se introdujo para combatir a los mosquitos. Tiene una curiosa boca súpera y es ovovivíparo. A los peques les encantará la mini excursión. El paisaje, la inmensa duna, esa casita de pescadores... ¡Espectaculares! Aunque no tengan servicio alguno mas que alquiler de kayaks son playas imprescindibles.
Algaiarens. © El Playólogo/Maremecum.
Descubre más sobre la playa de Es Tancats.
Descubre más sobre la playa de Es Bot.
2- Playa del Pilar (1.200 m a pie).
Es famosa por ser la playa de la arena roja y la de los contrastes de colores, una de las playas más singulares y hermosas de la isla. Si no vas, te lo pierdes. ¡Anímate, que solo hay que caminar 15 minutos! Por cierto: ¡que vaya bonito que es el camino! Discurre por un encinar entre la arena que arrastra tierra adentro la tramontana. Son dunas remontantes que avanzan 2 km hacia el interior, en el sentido y dirección de los vientos dominantes. Date cuenta de lo que logra la fuerza y constancia de los poderosos vientos del norte. Además de este curioso afloramiento de areniscas rojizas del pérmico la playa está repleta de endemismos vegetales. Es una auténtica joya natural. ¡Y muy fotogénica!
Playa del Pilar. © El Playólogo/Maremecum.
Descubre más sobre la Playa del Pilar.
3- Playa de Pregonda (1.800 m a pie).
¿Todavía no has ido? ¡Pues a qué esperas! Es una de mis playas preferidas. Lo que más me gusta es que tiene varias playas diferentes y varios ambientes, pero pegaditas las unas a las otras. Y la playa de la islita... ¿no la conoces? ¡Venga, cruza nadando! ¡Es una playa de portada, literal! Con unas arenas muy curiosas, de tonos rosados y rojizos, esta vez de origen subvolcánico. Es debido en parte a los afloramientos de cuarzoqueratófidos, lo cual constituye toda una rareza geológica. Todo el entorno es un auténtico museo mineral y natural al aire libre. Hay dunas y rarísimos endemismos vegetales (y unos chalets estropeando la estampa, eso también). Aunque para disfrutar de todo esto hay que caminar 1.800 m. (de ida y otros tantos de vuelta). Menos mal que a la vuelta te puedes tomar una cervecita bien fresca en el bar de Binimel·là mientras disfrutas del ocaso...
Cala Pregonda. © El Playólogo/Maremecum.
Descubre más sobre la Playa Pregonda.
4- Playa de Binimel·là (400 m a pie).
Para ir hasta Cala Pregonda hay que pasar antes sí o sí por Binimel·là, por eso no me extraña que no sigas caminando y te quedes aquí... ¿Conoces las calitas que hay hacia la derecha? Vete, vete... Seguro que te apetece quedarte en cualquiera de ellas viendo pasar a toda esa cantidad de turistas, la marabunta que sigue hacia la famosa Cala Pregonda. Estas calitas de la orilla este son de lo más tranquilo de la zona, donde da gusto tumbarse a disfrutar de la naturaleza pasando del todo desapercibidos. ¿Sabías que hay una que lleva mi nombre? No estaban "registradas" geográficamente (no se había reflejado su existencia) y se desconocía su nombre, así que nos dimos el capricho y las constatamos en mi guía de Todas las playas de Menorca como Racó d'en Miquel y Caleta de s'Elisabet. Palabra de Playólogo.
Playa de Binimel·là. © El Playólogo/Maremecum.
Descubre más sobre la Playa de Binimel·là.
5- Playa de Cavallería (400 m a pie).
Tremendas dunas, tremendo paisaje y tremendos baños de sol, de ola y... de barro. Por poco esfuerzo te dan el pack completo, por eso viene toda la tropa... ¡como el séptimo de caballería! Esta es otra de esas playas imprescindibles, otro museo mineral al aire libre. Aunque lo de los baños de barro es, además de poco higiénico, poco sostenible. Así que procura no contribuir a la erosión y desestabilización de la ladera, porque, además, está prohibido. Con la de cosas que se puede hacer por aquí sin falta de dar la nota... Como, por ejemplo, ir a ver la puesta de sol al faro del Cap de Cavallería, que lo tienes a nada de aquí. Aunque ya te aviso que no serás el único. Es uno de los sitios más instagrameables de Menorca y se ha puesto muy de moda.
Playa de Cavallería. © El Playólogo/Maremecum.
Descubre más sobre la Playa de Cavallería.
6- Cala Tirant (50 m a pie).
Aunque esté urbanizada sigue teniendo buen aspecto. Es por esas dunas y esas aguas de profundo azul turquesa. Además, hay espacio para todos y es bien tranquila y hermosa. Y tiene la particularidad de que no es una de las playas más famosas de la isla, así que puedes gozar de un arenal precioso sin apenas tener que caminar (¡eso es un milagro!) y sin tener que pelearte por encontrar un hueco donde extender la toalla como ocurre en cala Macarella, etc. Puedes aparcar en la orilla W bien cerquita de la arena. Esta es una de las playas que más me gusta para ir con los peques, pues no hay mucho trecho que caminar, lo cual se agradece y mucho. Además, apenas tiene pendiente y, de no haber tramontana, no suele tener oleaje. Además, ya que estás aquí, puedes aprovechar para visitar el cercano pueblo de Fornells.
Cala Tirant. © El Playólogo/Maremecum.
7- Arenal d’en Castell (10 m a pie).
Es cierto que la única playa que recomiendo para urbanitas de esta selección está repleta de conejeras para los turistas, pero para darse un baño con los peques no tiene desperdicio. Aunque le sobre hormigón, lo tiene todo. Todos los servicios imaginables. Y restaurantes donde comerse una buena paella con vistas al mar. Las aguas están siempre en calma y tiene poca pendiente, así que los peques disfrutan mucho (y los padres, aún más). Hablando de disfrutar, a mi lo que más me gusta es el paseo que hay sobre esas pasarelas de madera. Es cómodo y agradable, sobre todo si tienes que arrastrar la sillita del niño...
Arenal d'en Castell. © El Playólogo/Maremecum.
8- Playa de Presili - Morella (1.600 m a pie).
Cualquiera de las dos es buena para rozar el cielo con la punta de los dedos. Están entre mis 10 preferidas. Si vas a venir con algo de viento de tramontana también están preciosas (deben ser las únicas). Es por el mítico cabo de Favàritx que las protege extendiendo su singular brazo mineral. Antes o después de la playa tienes que recorrer el entorno del faro, porque es de lo más fotogénico. Hasta la playa se puede llegar caminando 1.600 m desde el parking del faro o caminando bastante más desde Es Grau, donde comienza una de las etapas más bellas del Camí de Cavalls. ¿No lo conoces? Tienes más información al respecto aquí.
Cala Presili y Morella. © El Playólogo/Maremecum
Descubre más sobre Cala Presili y Morella.
9- Playa de Es Grau (a 50 m a pie).
Es una playa de lo más familiar y dominguera: te vienes con los críos, te bañas sin peligro alguno y al final de la tarde os dais un paseo por el Parque Natural de la Albufera de Es Grau. ¡No me digas que no es buen plan! Hay una senda que discurre por pasarelas de madera que llega hasta la albufera. A su paso te irás encontrando con varios miradores. La mejor hora para disfrutarla es al atardecer, cuando más activas están todas las aves acuáticas que viven en estas lagunas. Otro buen plan es alquilar en la playa un kayak y acercarse hasta la Illa d'en Colom. O hacer una excursión en barca. ¡Me encanta Es Grau!
Playa de Es Grau y albufera. © El Playólogo/Maremecum
10- Playa del Arenal Gran de sa Mesquida (a 200 m a pie).
Es la otra playa del norte que, curiosamente, está protegida de la tramontana. Es por el “pa de pagès” (el Pa Gross), que también llaman Morro de Tramuntana, porque al viento le echa morro y le planta cara. Si vas a venir hasta aquí tienes que disfrutar también del pequeño pueblo marinero que hay justo antes, donde hay un restaurante donde se come bien y relativamente económico. No te olvides tampoco de acercarte a ver la formidable torre de Sa Mesquida (está entre el pueblo y la playa), construida por los ingleses en 1799. Pero antes de llegar está el famoso restaurante del Cap Roig, especializado en pescados y mariscos, uno de los mejores de toda la isla. ¡Adoro la sepia con sobrasada! ¡Y las vistas! ¡Y el trato!
Arenal Gran de sa Mesquida. © El Playólogo/Maremecum.