
Además de la isla de los faros, Dragonera también es la isla de la curiosidades. Y de los nacimientos. ¡Y hasta de los fracasos! En esta isla situada a menos de mil metros de la costa nació en mitad de una tormenta Rigoberta Simó, la hija del farero, que aquella noche ejerció también de médico y comadrona. Y hablando de faros y otras peripecias, al de Na Popia tuvieron que desmantelarlo porque la niebla lo inutilizaba. ¿Pero lo mejor de todo sabes lo que es? ¡Que se puede visitar y tiene cuatro rutas senderistas que son una auténtica delicia!
| Faro de Tramuntana, isla de Dragonera. © El Playólogo/Maremecum.
Así que aquí se disfruta desde el minuto cero. Empezando por la única forma en que se puede llegar, que es en barco, en una lanchita de pasaje de línea regular con un nombre que con solo oírlo ya te apetece deshojar, pétalo a pétalo, minuto a minuto, cada metro de tan corta travesía. Se trata de La Margarita, un viejo llaüt de pescadores reconvertido en taxi acuático que cubre en tan solo un soplo –de aire fresco perfumado por el salitre– los 1.000 m que hay entre Sant Elm y Dragonera. Tan solo son unos minutos de placentera navegación y ya estás en cala Lladó, donde te espera un pequeño muelle, que es el único sitio donde se puede y se tiene que desembarcar, como para dejarte en ascuas, con más ganas de mar.
El disfrute, el puro goce, ya comienza desde el momento en que te embarcas y te vas acercando al ritmo cadencioso de la pequeña embarcación. Ya lo dije: la travesía es corta y, en general, muy placentera, ya que la isla hace de parapeto natural y protege la navegación de los mares del norte, que son los que más azotan por aquí. Si tienes ganas de más barco, la misma flor Margarita hace el trayecto desde el Port d’Andratx hasta esta localidad del SW de Mallorca, famosa por sus vistas y sus puestas de sol. Esta otra alternativa dura más y te permite gozar de los 9 km de costa que median entre el famoso puerto y la isla de los dragones.
| Dragonera y el faro del Cap de Llebeig en primer término. © El Playólogo/Maremecum.
Ah, ¿que no te lo dije? Dragonera es un Parque Natural famoso también por sus lagartijas (dragones) y por la forma de su silueta, que recuerda a un saurio según como se mire (de ahí el nombre de Dragonera). La isla –que perteneció a los March, entre otras acaudaladas familias– fue adquirida en 1974 por la empresa PAMESA, que tenía la intención de construir una urbanización y un puerto deportivo. Años más tarde, en 1987, y después de una intensa lucha ecologista, el Consell de Mallorca la compró para ser declarada en 1995 Parque Natural. Así que ahora llegas y te lo encuentras todo limpio y bien cuidado, sin desmanes especulativos ni construcción alguna más que la de un centro de interpretación donde te van a informar de las cuatro únicas rutas senderistas que se pueden hacer (por pistas bien delimitadas), porque el resto de la isla no se puede visitar. Se trata de no alterar la vida de las numerosas aves acuáticas que residen aquí, como la pardela balear y los halcones de Eleonor.
| Faro de Llebeig, Dragonera. © El Playólogo/Maremecum
Cuatro rutas para todos los públicos.
Calcémonos las botas y comencemos a caminar, que hay para todos los gustos. Desde una ruta circular para familias con niños con poco más de mil metros hasta la ascensión al mejor mirador de la isla, ruta recomendada solo para piernas bien entrenadas.
Cala Lladó - Na Popia (es Far vell).
Es la ruta más dura y exigente de las cuatro. Es la que va de Cala Lladó hasta el Far Vell, en la cima de la Popia. El trayecto tan solo es de 3'8 kms, pero hay 352 m de desnivel, así que la ruta se hace en no menos de 3 h. El camino peatonal fue diseñado para transportar grandes pesos para el suministro del faro, por lo que tiene una pendiente muy suave que lo hace agradable. Sube en zigzag y es una delicia. Es mi preferida. Lo más impactante es asomarse al vacío cuando llegas allí arriba... El otro lado de la isla es casi vertical. Que, por cierto, es impresionante verlo desde el mar, al ras del acantilado, viendo esa pared ascender más de 300 m y los halcones planeando sobre tu cabeza. Yo tuve la suerte de disfrutarlo en kayak y en lancha en varias ocasiones y me parece una experiencia realmente sobrecogedora. Los restos del antiguo faro (luego te cuento su historia) y las vistas hacia Mallorca y sobre los precipicios, hacen de éste el itinerario más atractivo del parque.
Cala Lladó - Far de Llebeig
Es el trayecto de 4'5 kms ida y vuelta que va de Cala Lladó hasta el faro de Llebeig, situado a 121 m de altura. Lo mejor son las vistas y la posibilidad de ver en vuelo al halcón de Heleonor, además de la visita a la torre de Llebeig, que está habilitada para el acceso y cuenta con un cañón de hierro en la parte de arriba.
Cala Lladó - Far de Tramuntana
Es el trayecto de 1'7 kms que va de Cala Lladó hasta el Far de Tramuntana. Se puede recorrer ida y vuelta en unos 60 minutos. La pendiente es suave y la altura máxima es de 65 metros, así que es muy buena opción para hacer con los niños. La visita al centro de interpretación del faro y las vistas hacia la costa mallorquina son sus principales atractivos.
Cala Lladó - na Miranda
Es una ruta circular de 1'2 kms que va de cala Lladó hasta na Miranda y vuelve a cala Lladó por la carretera de Tramuntana. De baja dificultad, es la mejor opción para familias con niños pequeños. La altura máxima, en el Coll de Tramuntana, es de unos 50 metros. Lo mejor son las vistas sobre el freu y cala Lladó. Se pueden ver las antiguas áreas de cultivo de cala Lladó (olivar y cereales) actualmente rehabilitadas para el parque y puestas en producción para favorecer a las especies silvestres.
| Ascensión en zig zag hasta el far Vell, Na Popia. Dragonera. © El Playólogo/Maremecum.
La historia y curiosidades de sus faros
Hoy en día la isla cuenta con dos faros operativos, uno en cada punta, aunque antes existió el Far Vell o la Farola Vella, que se construyó en 1852 en la parte más alta de la isla (352 m), para lo cual se derribó la torre de na Popia. Al final acabó siendo desmantelado a causa de las nubes y la niebla que lo cubrían muy frecuentemente, por lo que perdía toda su operatividad. Fue el faro de España construido a mayor altura sobre el nivel del mar hasta que fue desmantelado en 1910 a causa de las nubes, con las que perdía toda su operatividad. Los fortísimos vientos, las nieblas heladoras, las continuas descargas eléctricas y el aislamiento hicieron de este el destino más duro entre todos los faros. Un lugar en el que casi nadie quería servir.
Posteriormente se construyeron dos faros más, que son los que funcionan actualmente: el de Llebeig y el de Tramuntana. Este último acoge una pequeña exposición sobre los tres faros y las antiguas viviendas de los fareros. Por cierto, desde 1975 ya no viven los fareros de forma estable en sa Dragonera. El de Tramuntana se inauguró en 1910 y en 1925 murió el farero, así que su mujer tuvo que hacerse cargo del servicio durante toda la noche con el cuerpo presente. La isla era muy popular entre los contrabandistas, hecho por el cual tenían que acudir a declarar los fareros como testigos en los juicios.
| Faro del Cap de Llebeig, Dragonera. © El Playólogo/Maremecum
Anécdotas históricas
De Dragonera me gustaría apuntar dos anécdotas históricas. La primera que Jaume I la utilizó para abastecerse de agua justo antes de iniciar el primero de los ataques para conquistar Mallorca de manos de los árabes y la segunda es que aquí nació Rigoberta Simó, la única persona –que se tenga constancia–nacida en la isla. Rigoberta fue la hija del farero y la farera, y nació a principios del siglo pasado gracias a la ayuda de su padre, que iba leyendo las indicaciones de un libro mientras asistía en el parto a su esposa. La niña fue tan famosa que recibió el nombre del por aquel entonces obispo de Palma.
Es importante saber que la isla, de naturaleza calcárea, está repleta de cavidades que atesoran el agua de la lluvia, siendo esta una de las razones por las que a lo largo de la historia fue refugio de piratas y corsarios, además de ocultar numerosos escondites (secrets) para el contrabando que posteriormente se transportaba a Mallorca.
| Faro de Llebeig, Dragonera. © El Playólogo/Maremecum
Lo que se puede hacer en el parque natural y lo que no
Lo que sí se puede:
Bañarse en Cala Lledó, hacer cualquiera de las cuatro excursiones y merendar en la zona de picnic habilitada.
En el muelle se puede desembarcar con embarcación privada pero no dejar la embarcación amarrada con el objetivo de no molestar a las lanchas de pasaje que llegan frecuentemente.
Lo que no:
Salirse de los caminos, visitar el parque fuera del horario establecido y el resto de cosas habituales en una paraje protegido, como no fumar, no encender fuego, no dar de comer a los animales, no llevarse nada contigo, etc. Tampoco se puede acceder con mascotas.
| Faro de Tramontana y costa de Mallorca desde Dragonera. © El Playólogo/Maremecum
A tener en cuenta
Los Cruceros Margarita solo operan entre el 1 de marzo y el 30 de octubre. Es conveniente reservar antes.
El barco parte de Sant Elm cada media hora desde las 09:45 de la mañana todos los días de la semana excepto los lunes. Y desde el Port d’Andratx todo el año de martes a domingo a las 9 h. Mejor comprueba los horarios de ida y regreso aquí.
El centro de interpretación de la isla tiene el siguiente horario:
de 10.00 a 16.30 h (del 1 de mayo al 30 de octubre, de lunes a viernes)
de 10.00 a 18.00 h (del 1 de mayo al 30 de octubre, fines de semana y festivos)
de 10.00 a 14.30 h (del 1 de noviembre al 30 de abril)