Cómo se navega con una lancha sin titulación

En este post pretendo que conozcas las partes más importantes de una lancha de alquiler sin titulación y que tengas unas nociones básicas sobre cómo se maneja. Y que vayas un poquito instruido antes de llegar y coger la lancha, momento en el que –ya lo verás– todo son prisas... Ahora tienes tiempo. Aprovéchalo.
Todo lo que te voy a contar “sobre el papel” puede que te parezca un poquito complicado, pero estoy seguro de que cuando llegue el momento de la verdad y te pongas al timón vas a saber desenvolverte perfectamente. No obstante, que sepas que para todos nosotros (los que ya nos consideramos “lobos de mar”) también hubo una primera vez. Yo mismo recuerdo perfectamente que llegado el momento no tuve el valor necesario para alquilar una de estas lanchas yo solo (hace muchos años ya de eso ;-) y que ahora navego en solitario con barcos de 18 m sin mayor reparo. Ahora no es el momento, pero ya te iré contando lo de mis mareos y mis temores...
 ¿Te acuerdas de la primera vez que te sentaste al volante de un coche? ¡Menudos nervios! Tenías que pensártelo todo: ahora qué toca, ¿la tercera o la cuarta? Pues eso, que al principio serás un manojo de nervios e inseguridades, pero al poco ya te sentirás más a gusto y comenzarás a disfrutar de la experiencia. Mi consejo: que ni te obsesiones ni te lo tomes a la ligera. Ni lo uno ni lo otro. Y que leas con calma e interiorices todo lo que te voy a contar. ¿Ready?

Cómo es una lancha de alquiler sin titulación:

La mayoría de las lanchas de alquiler sin titulación son pequeñas embarcaciones de hasta 5 m de eslora que llevan un motor fueraborda de hasta 15 cv, el cual es capaz de empujar la barca hasta unos 10 o 12 nudos (unos 18 a 20 km/h). Se conducen yendo sentado a los pies de una pequeña consola que lleva incorporado un timón (un pequeño volante) y un mando a la derecha que es parecido (pero no igual) a la palanca de un coche automático. En los barcos no hay pedal de embrague, de freno ni de velocidad. Y los pies solo los usamos para mantener el equilibrio.
En los barcos tampoco se cambia de velocidad, así que no hay palanca de cambios. Es como un coche eléctrico en donde corres más cuanto más pisas el acelerador, que en este caso está en el mando del que te hablo.

¿Y cómo se frena? Pues dejando de acelerar y permitiendo que el rozamiento del agua sea quien te pare. O dando marcha atrás. ¡Así te simple!


Este mando va junto al timón y dispone de un gatillo que al apretarlo la desbloquea, para que, en ese preciso momento, y tras empujar suavemente hacia arriba o hacia abajo (hacia adelante o hacia atrás) la hélice comience a girar a su mínima velocidad, comenzando a navegar hacia adelante si empujamos la palanca hacia adelante (o arriba) y yendo hacia atrás si hacemos lo contrario. El acelerador está en el propio mando. Esa es la principal diferencia con un coche automático, que en una lancha el mando sirve para seleccionar la marcha (adelante y atrás) a la vez que sirve de acelerador.

Lancha de alquiler

Esta es una lancha semirrígida de unos 5 m de eslora como cualquiera de las que puedes alquilar sin titulación. Si te fijas bien, a la derecha del timón puedes ver el mando del que te hablo y, colgando de él, un cable en espiral de color rojo conocido como el "hombre al agua", un elemento de seguridad vital del que te voy a ir hablando más adelante. © El Playólogo/Maremecum

Pues bien, cuando llegues y te cuenten todo lo que yo te estoy contando (o al menos eso es lo que deberían hacer) te sentarás en la lancha tú y todos tus acompañantes y, de repente: ¡ala, ya está, tira pa’lante! Por eso quiero que leas todo lo que te estoy contando con calma, en tu casita y tranquilamente, interiorizándolo y, llegado el caso, memorizándolo. Para que llegues a tu primera vez instruido y con más confianza.
Te habrán desamarrado del pantalán (si comienzas a navegar desde un puerto) o te habrán empujado desde una playa hasta que cubra poco más de medio metro (puede que hayas tenido que hacerlo todo tú mismo). Y ya. ¡Ya está!
Por eso, antes de todo, escucha bien estos consejos que te voy a dar:

Cuatro TIPS muy importantes para navegar seguros con una lancha de alquiler sin titulación:

  1. ¡Hombre al agua!: ¿Pero qué es eso del hombre al agua? Es tu seguro de vida, sobre todo cuando navegas solo. Yo NUNCA me lo quito. Consiste en algo tan sencillo como un cable en espiral parecido al de los teléfonos de sobremesa antiguos que desconecta y para el motor si te caes por la borda. Es muy sencillo: al caer tiras del cable y el cable activa un interruptor que para el motor. ¿Te imaginas la sensación de caerte accidentalmente y ver la lancha marcharse sola mientras tú te quedas tirado en mitad de la mar? ¡Terrible! Pues nunca te lo quites mientras navegas, aunque vayas acompañado, porque si tú te caes y los demás no saben qué hacer, ahí te quedas. Tómatelo como si fuera el cinturón de seguridad en el coche: una medida de seguridad obligatoria. Y un consejillo de cosecha propia: sujétalo a la pierna en vez de a la mano. Así es más cómodo, porque en la mano "te quedas manco”, ya que te restringe los movimientos y es muy fácil que pares el motor accidentalmente.
  2. Reparte bien la carga: Distribuye a tu tripulación de manera que la carga vaya equilibrada. Ni todos para un lado ni todos para el otro. Tú irás al timón, en medio muy probablemente y, tus acompañantes, según su peso, se irán disponiendo a uno y otro lado (a una y otra banda del barco) según tus órdenes. Recuerda y haz saber que ahora eres tú el capitán, el responsable, y debes hacer valer tu autoridad. Se trata de que la embarcación no vaya inclinada para un lado (escorada) ni para el otro. Y, sobre todo, que no vaya aproada. ¿Y qué es eso de aproarse? Pues que la lancha vaya inclinada hacia adelante porque os habéis puesto todos en la proa (la parte de adelante de un barco), e iréis pinchando las olas y embarcando agua, con el riesgo que ello supone. A todos les gusta ponerse adelante del todo y es el peor de los sitios, ya que te salpicarán las olas con mayor facilidad y te llevarás los peores golpes (pantocazos) que den las olas contra el casco.
  3. Ojito con el fuego: Lo peor que te puede pasar en un barco es que se incendie. Así que si vas a fumar a bordo ten en cuenta que estas lanchas funcionan con gasolina sin plomo y que el depósito despide vapores muy inflamables. Así que ten en cuenta lo que te digo y no te arriesgues a sufrir algo como esto. Ni qué decir tiene que si vas a repostar tú mismo (algo muy poco habitual en este tipo de embarcaciones de alquiler) extremes las medidas de seguridad. Mucho más aún que cuando repostas tu coche en cualquier gasolinera. Tómatelo en serio que no es baladí.

  4. Mucho cuidado con la hélice del motor: Como ya te expliqué en este otro post la hélice de un motor fueraborda es muy peligrosa para los bañistas, y también para tu tripulación. Nunca metas la mano en el agua cerca de ella estando el motor en marcha. Y ojo cuando tengas gente nadando a tu alrededor.

También deberías leer: Cómo no cometer errores fatales con una lancha sin titulación.

Y ahora vamos a cambiar de rumbo y hablemos de:

Cómo se navega con una lancha de alquiler sin titulación:

Pues muy sencillo: El volante (timón) permite girar a izquierda (babor) y derecha (estribor) como un coche, y con el mando, aceleras. Incluso yendo a tope, con 4 o 5 personas a bordo la escasa potencia del motor de este tipo de embarcaciones de alquiler sin titulación no te permitirá planear ni saltar las olas como en la imagen que abre el post. ¿Y qué es eso de planear? Sin entrar en tediosas explicaciones de la física naval, una lancha planea en el momento en el cual despega del agua y comienza a coger mucha más velocidad con menor esfuerzo. Pero eso solo se logra a partir de los 12 o 14 nudos (unos 20 km/h), y esa velocidad es la máxima que alcanzarás con 5 m de eslora y 15 cv, así que correr vas a correr bien poco.

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Cómo se cogen las olas con este tipo de lanchas de pequeña eslora:

Coger las olas correctamente consiste en afrontrar una ola que viene hacia tí por cualquiera de los lados del barco sin que pierdas el control de la embarcación, te entre agua adentro y/o sufráis daño alguno, y para eso hay una técnica:

  1. Primera norma: Nunca dejes que una ola grande te de por la... popa ;-) Afronta las olas si tienen un tamaño considerable (como de medio metro en adelante) siempre de cara (de proa) o por una u otra amura. Las amuras son los lados derecho e izquierdo de la parte del casco de tu embarcación más cercanas a la proa. Estas lanchitas no están preparadas para recibir olas por la popa, y si te pasa lo más probable es que te entre agua adentro. Mucha, poca o la suficiente para mojarte la cesta con la comida y toda la ropa.
  2. Segunda norma: Aléjate de los barcos grandes que veas venir hacia ti a relativa velocidad, ya que levantan olas considerables que deberás evitar coger por la popa y, sobre todo, de costado. Coger una ola de costado (por un lado) hará que te balancees mucho y puede resultar peligroso. Intenta cogerla en la medida de lo posible por la proa y/o por las amuras.

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Y, sobre todo, mantente siempre alerta, vigila el entorno y transmite calma y seguridad a tu tripulación, aunque para tus adentros estés muertito de miedo. A todos nos ha pasado. Y estoy seguro que tú también vas a saber gestionarlo.

¡¡Ánimo y a disfrutar!!