
Un abordaje es, sencillamente, un choque entre dos o más embarcaciones. Como en la mar no están los carriles delimitados como en las carreteras debes saber las normas de navegación establecidas para no tener dudas. Es muy fácil. Apunta:
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Qué hacer si ves venir un barco frente ti: situación de “vuelta encontrada”.
Si vas navegando y ves venir un barco hacia ti por delante (por la proa) en la misma dirección que tú debes dejarlo pasar por el lado izquierdo (por babor), igual que si fueras por la carretera y viniera un coche hacia ti en sentido contrario. Y no cruzarte por delante, ni pararte en medio. Lo único que tienes que hacer es, simplemente, ir girando un poquito hacia la derecha (ir cayendo hacia estribor) hasta que veas que dejas la suficiente distancia de separación. Una buena señal de la falta de experiencia de los patrones es cuando ves una lancha navegar haciendo zigzags, yendo de un sitio para otro como un pollo sin cabeza. En la mar se trata de mantener un rumbo (dirección) lo más claro y recto posible. Ir dando tumbos es cosa de incautos e imprudentes.
Qué hacer si un barco se aproxima hacia ti por detrás: situación de “buque que alcanza”.
Lo mismo que harías en la carretera: dejarlo que te adelante por donde prefiera, ya que en este caso puede escoger adelantarte por la derecha o por la izquierda. Procura no pararte de golpe ni hacer cambios bruscos de dirección (de rumbo) mientras te está adelantando.
Qué hacer si un barco se aproxima a ti por la derecha (estribor) o por la izquierda (babor): situación “de cruce”.
Si ves que un barco viene hacia ti por una u otra banda y tienes la certeza de que vais a chocar si alguno de los dos no hace algo lo mejor es que reduzcas la velocidad y que lo dejes pasar. No hace falta que te pares de golpe, ni que cambies de rumbo para uno u otro sitio. Tú solamente conserva la calma, disminuye la velocidad y deja que el barco te rebase por donde prefiera. Lo normal siempre es rebasar a otro barco por la popa, es decir, por atrás. Porque, imagínate que decides pasarlo por delante y se te para el motor de repente... los barcos no tienen freno como los coches y tampoco la misma capacidad de maniobra. Los errores de cálculo siempre se pagan. Así que si no quieres que te arrollen, cede siempre el paso. Y acuérdate del dicho: “el pez grande siempre se come al chico”.
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